El sistema vestibular es el sistema encargado de mantener el equilibrio y la estabilidad y lo hace de diferentes formas:
Capta información sobre la posición de nuestra cabeza.
También capta movimientos lineales y giratorios de nuestro cuerpo.
Coordina los movimientos oculares y mantiene la mirada en el espacio.
Coordina la musculatura y sus movimientos.
Una vez perdido el equilibrio, se encarga de recuperarlo.
Los mareos, las náuseas o cierta sensación de inestabilidad, son los síntomas más claros de un episodio vestibular.
Es importante diferenciar entre vértigo y mareo.
El vértigo es la sensación de movimiento en torno a nosotros. "Todo me da vueltas". Suele ir acompañado de náuseas, vómitos, nistagmus (movimientos oculares involuntarios) y desequilibrios.
El mareo es más bien una sensación desagradable de estar “flotando”, un desequilibrio propio en el entorno.
Existen vértigos de origen periférico y vértigos de origen central.
En el episodio de vértigo periférico (95% de los casos) la lesión se encontrará en el oído interno. Puede afectar a un solo vestíbulo o a ambos.
Las causas más comunes son:
Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB).
Neuritis vestibular.
Enfermedad de Meniere.
Esta pauta de ejercicios a realizar de forma domiciliaria ha sido previamente descrita y ejecutada por un fisioterapeuta colegiado en el centro, previa valoración del paciente a su llegada al servicio.
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